A miles de horas de mi muerte llenaré la maleta de recuerdos y me iré de una bendita vez. Ya tuve bastante y estoy lastimada como una paloma mordida en la noche.
Siento la carne en pedazos pero aún tengo mis huesos y debo seguir.
Perdí el tiempo de esperar y me estoy retrasando a cada segundo. La vida me mira fija, también la muerte.
¿Cuánto me queda? No llevo reloj Ni medida, ni ganas de saber.
No tengo anillo en mi dedo, ni casa, ni patrimonio. Vendí el oro por el pan de mis hijos.
Este es el momento, ¿no vienes? Claro… tienes cosas que hacer.
Utilizamos cookies para una mejor experiencia en nuestra web.
-