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RESPIRA

Respira mi nombre y no me sueltes.
Déjame estar en el tiempo presente de tu ahora.
Siénteme cercana pese a la injustificable distancia
que aceptamos sin más remedio.

Respira ese hondo espacio de campos y recuerdos
donde alguna vez mojé mis pies en un claro de agua.
Cuando de niña, me impregnaba aquel perfume de quesos
y de panes hechos en casa de los tíos.

Respira por mí, y escúchame hablarte de amor
disimulando mi voz en la sordera de las chicharras de la tarde.
Recuérdame atrevida y dispuesta sin decir palabra
dejando que nuestra historia tenga una segunda oportunidad.

Respira las horas de nuestra infinita espera.
Llévame a la par de cada pensamiento cuando mires a lo lejos,
y descansa en mi abrazo, en la siesta de este domingo
sin nada que esperar, más que sentirnos.

Respira por mí en la calma de tu mente
porque quiero envolverme en el horizonte de tu reposo,
allí, donde encuentras el sosiego después de haber sobrevivido a tanto…
como yo, en este punto ‘siempre’ de partida.

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