SÚPLICA A LA MADRUGADA (3:10 AM)
Enséñame la verdad
y dime cómo hacer para juntar cada parte
de mí misma, desparramada e inconclusa.
Dime como abrirme en flor por las noches
y cerrarme durante al día
Para no morir sin ser amada, a plena luz.
Enséñame la ingenuidad
a trepar la pared del vecino junto a mi hermano
sin el menor atisbo de miedo a caer.
Dime donde hallar a la niña en mi universo,
escondida tal vez para no encontrarla nunca
porque ella recuerda jugar y yo no.
Enséñame la lealtad
y recuérdame llegar tan lejos como podía,
con el pelo mojado y la risa descarada
en un viaje de ida en colectivo.
Dime cómo soñar después de haber despertado,
de haber besado casi por error.
Enséñame la justicia
Dime qué decir en mi auténtica defensa
pese a este hilo de voz atragantada
que parpadea una súplica de conmiseración.
Absuélveme del dolor contraído, muy a mi pesar,
en palabras llevadas por el viento.