Voy por el río abriendo mañanas sintiendo sus aguas de vida a mis pies. Mi barco dibuja estelas marrones dejando a lo lejos tristezas de ayer.
Siento el perfume a tierra mojada y el rio me lleva en su hondo caudal. Me pide que olvide el dolor al ocaso y vaya remando mi sueño hasta el mar.
Y dejo la orilla hacia el horizonte, navego a tu puerto que espera mi amor. Escucho de lejos tu nombre en la brisa me duermo en el río soñando con vos.
Sigo hacia el norte en la correntada, le duele a mi alma pensar en volver. El dios de las aguas me arrulla en sus brazos en lentos compases de un chamamé.
En la ribera de mi silencio amarro mi vida de amor y dolor. Y siento el cansancio de tantos caminos, me niego a rendirme con el corazón.
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