De frente a la muerte, mordiendo la tierra. El sol implacable azota mi hogar. El miedo es la sombra que ciega a las gentes. Me agarro al destino, decido luchar.
Mi espíritu observa y encuentro el camino. El hambre en el cuerpo no deja pensar. Yo sueño los campos en frutos naciendo el agua de vida, los vientos traerán.
Aquí he nacido, raiz y silencio pequeña semilla prendida de amor. Mis brazos se extienden hasta las estrellas y siento alcanzarlas en mi corazón.
Apenas un niño despierto en la noche El día amanece y hay que descansar. Mi padre me besa y pide a los cielos. La magia sucede si quiero soñar.
De pie los molinos vigilan la siembra el pan y el trabajo jamás faltarán. La escuela es la casa de todos los pueblos. Inspira la vida y la libertad.
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