En el pálido gris de los díasmi alma triste calmó su lamento.No entendí que pasaba conmigoy amarre el corazón a tu cielo.
Pude ver tu dolor deshojadoen veredas y sueños baldíos.Nos dijimos que si en ese instantey abrace tu dolor con el mío.
Y me pasan las horas, las nochesdespertando tu nombre en mi boca.Son tus ojos de almendra, dos lucesque desvelan mi alma de sombras.
Se me va la esperanza en un ríopor inmensas distancias y tiempos.No tendré más remedio que amarteY en las aguas llevarte mis besos.