Mis manos son mapas de largos caminos.
Escrita mi piel, sigo el rumbo a tus ojos.
Aquí cuesta abajo ya siento acercarme,
me dejo llevar por mi corazón roto.

Y busco tu abrazo de siglo y ausencia
que alcance mi vida de una vez para siempre.
Te siento en el aire rozando mi pelo.
Me dices ‘Te Adoro’ con tu alma y tu mente.

Las aguas que bajan me cantan tu nombre,
los álamos cuentan historias de ti.
Y pido a las aves que lleven mis besos
al cielo eterno que te aleja de mí.

Y sigo mi rumbo directo a tus ojos.
No sé donde quiera la vida encontrarnos.
Tal vez de tu lado, tal vez en el mío.
A Dios le he pedido un solo milagro.

Si nada es posible tal vez por ahora
dejaré entreabierta mi ventana en la noche.
Sabré si me quieres, candil encendido,
si veo tu luz que me llena de soles.

Acepto al destino que escribe estas líneas
y canto las penas de amarte en silencio.
Mi sangre te nombra, te llora y te siente.
Recorres mi vida por todo mi cuerpo.