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La vida para cantar - Pídeme (canción 1) - Gabriela Castillo

Pídeme (canción 1)

Historia de niños maravillosos.

Cuando recién me iniciaba en la Fundación Músicos por la salud, solo tenía una idea: experimentar algo nuevo que fuera movilizante para mí, que me sacara de mis propias historias y me diera otra perspectiva de las cosas. 

Recuerdo aquellos tests de orientación vocacional para definir una carrera universitaria cuando cursábamos los últimos años de la secundaria.

El área de la salud no aparecía ni remotamente entre mis intereses. Sin embargo, la vida se encargó de contradecir esos resultados varias décadas después.

Una de las vivencias más fuertes que he vivido fue cuando desde la Fundación Músicos por la salud, me enviaron a realizar una visita al Centro de Parálisis Cerebral Infantil de la Cruz Roja de Valencia.

Desde mi total desconocimiento preparé un repertorio infantil: llevé papeles, lápices, cuentos para colorear y diseñé algunas dinámicas grupales para trabajar.

Al llegar comprendí que la situación era muy distinta a cómo la había imaginado

Fue impactante ver a esos niños y niñas sentados, sujetos y amarrados a sus sillas de ruedas. Muchos no hablaban sino que emitían sonidos y movimientos repetitivos. Otros estaban acostados en colchonetas o en pufs para recibir distintas terapias de estimulación.

Sus caritas, sus gestos, sus miradas me partieron el corazón. La dependencia de esas personitas era absoluta. 

Mi primera reacción fue borrar la cara atónita estampada en los primeros 120 segundos, algo que seguramente quedaba feo o desencajado ante la naturalidad que todos vivían allí.

Sin guion ni coordenadas, me puse a la orden de los terapeutas y monitores.

-¿Qué puedo hacer? Les pregunté.

-Tu cántales y ya veremos cómo reaccionan. Es algo nuevo. Seguramente notaremos cambios cuando te escuchen.

Sin dudarlo me acerqué a cada uno de esos niños, los miré, les hablé y los llamé por su nombre. Tomé sus manitos (en la mayoría de los casos, con los dedos cerrados y atrofiados) y les hice rasguear la guitarra

Enseguida comprobaron que el sonido de las cuerdas salía de aquel movimiento de sus manos que yo iba conduciendo con suavidad.

Para sorpresa de todos, los pequeños realizaron gestos y movimientos no habituales, sonreían, movían la cabeza para observar la guitarra, se sorprendían ante la novedad.

En otras salas, donde los casos eran más complejos, me senté en las colchonetas junto a los niños -siempre acompañados por sus terapeutas-. 

Canté junto a ellos y pudimos observar nuevas reacciones y manifestaciones de alegría, a veces con cierto nerviosismo y exaltación.

Fueron dos jornadas, la primera con niños de hasta 12 años y la segunda con adolescentes. La experiencia me dejó realmente agotada pero inmensamente feliz. 

Evidentemente y a ese paso, mi objetivo de vivir experiencias movilizantes se estaba cumpliendo al pie de la letra… confieso que jamás olvidaré aquellas caritas, especialmente la de una niña y un niño en la primera jornada.

Ellos son los rostros de “Pídeme”, la poesía que dediqué a estas almas y que Fabián Nesprias, guitarrista y compositor del disco, vistió con una melodía maravillosa.

Así quisimos homenajear a todos estos niños, a sus familias y al personal sanitario y educativo que los aman incondicionalmente 

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