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GABRIELA CASTILLO POST

CAMBIANDO CON EL CAMBIO

Dentro o fuera de la matrix

Es archisabido que el desarrollo tecnológico ha dado un salto inimaginable en estos últimos 30 años. 

Recuerdo haber terminado la secundaria sin ningún tipo de conocimiento informático y tener que mentir en mis postulaciones laborales

A comienzos de los 90 empecé a trabajar en un comercio del microcentro de Buenos Aires para para cargar datos en fichas de clientes.

Cuando me senté frente a esa enorme máquina de pantalla negra y letras verdes que fulminaba la retina, el encargado del sector se dio cuenta del fraude y me dijo: De esto no sabes nada, no ?

De verdad necesitaba el trabajo y el hombre lo entendió perfectamente. Me explicó el A B C del programa y no mucho más (sólo para eso me habían contratado).

En Redes sociales han circulado decenas de videos de los típicos íconos de los años 70 y 80: juguetes, revistas, comics, golosinas, figuritas y chapitas, discos de vinilo, los radiocaset y varios programas de televisión que nos tenían entretenidos a la vuelta del colegio.

Mi oído musical se alimentó de bandas, orquestas y cantantes populares que escuchaba a través del tocadiscos o «combinado».

La tecnología aún nos daba tregua para entenderla y asimilarla, pero hoy las cosas son muy distintas.

Es requisito indispensable estar al día en estos asuntos porque cualquier trámite se gestiona vía internet, incluso en la administración pública o para realizar alguna diligencia bancaria (que antes resolvíamos cara a cara con el empleado de toda la vida).

En mi caso específico, como música, y en comparación con las nuevas generaciones, el cambio es abismal.

Hoy se puede aprender a tocar un instrumento con cualquier tutorial básico en youtube, y siendo sincera, hasta yo me sirvo de sus beneficios con plataformas que facilitan los acordes en todas las tonalidades.

Efectivamente ahorramos tiempo, pero a la vez nos saltamos muchas cosas.

Lamento que los chicos de hoy se hayan perdido la oportunidad de escuchar un disco LP y mirar cómo la púa del tocadiscos viajaba por los surcos de vinilo.

O que tampoco sepan desenredar la cinta de un casete, y hasta cortar y pegarla con cinta adhesiva si en algún tramo quedaba estirada e inutilizada.

Tampoco que prueben afinar la guitarra con un diapasón, prefiriendo una aplicación en teléfono móvil que lo resuelva.

Es simple: una APP abre una imagen del clavijero de la guitarra y a medida que hacemos sonar una cuerda a la vez, señala que tan desafinada está, si por debajo o por encima del tono correcto. 

La tecnología nos ha moldeado la realidad, cambiando nuestros hábitos y nuestras necesidades.

La percepción de la vida también ha sufrido una transformación innegable y si aún existe alguien fuera de la matrix, no tardará en rendirse.

No me gusta ponerme apocalíptica pero la situación sobrepasa a quienes tenemos que redoblar esfuerzos por aprender, asimilar y ser ágiles mentalmente en la edad del colesterol, la presión arterial y la presbicia.

 
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