CARETAS DE PLÁSTICO
A lo que nos tienen acostumbrados
Siguiendo la misma línea de reflexión de hace varios post atrás sobre el mundo que tenemos y que vamos a dejar, seguramente a muchos les pasará como a mí, al sentir que poco o nada podemos hacer por mejorar lo que hay.
Tal vez nos podamos ocupar de un pequeño espacio inmediato, de no malograrlo, de colaborar y sostener cierta viabilidad para nuestras familias, amigos y vecinos. Y ahí se acaba todo.
Un tema que me tiene bastante preocupada es la omnipresencia del plástico que nos sigue a todas partes en formatos, colores y propuestas diferentes, sin dejar de ser el mismo fenómeno contaminante global.
Me genera absoluta indignación aquellos productos envueltos en plástico que a su vez tienen envoltorios individuales en su interior cuando es absolutamente innecesario, casi una indecencia.
Nos han inculcado el compromiso y hasta el deber de reciclar cuando en realidad solo estamos promoviendo su uso indiscriminado, pero jamás ha existido una campaña para disminuir su consumo y restarle presencia en nuestras vidas.
Empezando por el principio, lo que se busca con el reciclado de plástico es la reutilización directa, el aprovechamiento para la fabricación de nuevos productos y su conversión como combustible o como nuevos productos químicos.
Existen tres tipos de reciclaje de plástico. El reciclaje mecánico, método que consiste en separar los plásticos por clase, lavarlos y triturarlos hasta convertirlos en pequeños trozos que se fundirán en moldes para producir nuevos productos.
El reciclaje químico: que consiste en la degradación del plástico mediante calor para resultar nuevamente moléculas simples.
Y la recuperación energética, método que convierte el plástico en un combustible para la generación de energía.
Sin embargo, y digan lo que digan, el plástico va a parar a los vertederos en un 65% de los casos.
Lo que nunca nos advirtieron es que NO todos los plásticos se reciclan. Por ejemplo, aquellos que están mezclados con pegamento, aluminio o resinas (porque es muy difícil separarlos). Tampoco es posible reciclar algunos plásticos de color por sus pigmentos dañinos para las máquinas.
Lo mismo sucede con los plásticos expuestos al sol y aquellos que no están clasificados y que pueden alterar el proceso de reaprovechamiento.
Otros tipos de plásticos, como el PVC de las tuberías, desprenden partículas tóxicas y no es apto para reutilizarlo ni para ser quemado. Además, hay otros tipos de plásticos que necesitan un procedimiento químico de reciclaje que es costoso, ineficiente y contaminante.
Debido a la variedad de materiales plásticos y a sus distintos procesos de reciclado, en 1988 la Sociedad de la Industria del Plástico (SPI) desarrolló el sistema de clasificación mediante códigos con el fin de clasificar los plásticos en categorías y proporcionar datos para su gestión post-consumo
De esta manera, colocando el envase en el contenedor correspondiente, solo facilitamos la tarea de recolectar material que, en caso contrario, podría estar dentro de una bolsa con otros materiales (orgánicos, metales, papel, etc) y nada más.
Afirma Greenpace “Sin una legislación de por medio, las corporaciones seguirán usando el reciclaje como una acción de responsabilidad ambiental, ya que esta práctica les reditúa en importantes ganancias económicas, consumidores y hasta en distintivos.
Mientras las empresas continúan promoviendo el reciclaje aún sabiendo que podría desarrollar otras alternativas, cada minuto que pasa una tonelada de plástico llega al mar…
Quienes defienden el uso responsable del plástico como única alternativa, aconsejan no consumir por consumir e intentar reutilizar al máximo.
Y los que proponen una vida sin plástico proponen “rechazar” productos en envases de plástico, aunque digan ser biodegradables.
Al fin de cuentas, seguimos viviendo del cuento, enmascarando una realidad que ya se nos está yendo de las manos, en perjuicio de las generaciones futuras y del ecosistema global.
Muy buena recopilación de datos Gabriela. Realmente todos lo saben pero no se toman medidas efectivas.
Lamentablemente no llegamos a tomar consciencia de lo que tenemos delante de los ojos. Gracias por leerme, Marta !