HACIENDO BALANCE PARA VARIAR
Cuando la vida nos toma examen
Creo que los límites son una excusa indispensable para progresar.
Hay sobrados ejemplos de personas en el mundo que aplicaron la imaginación, la voluntad y una infatigable constancia en la búsqueda de sus propósitos, consiguiéndolos tarde o temprano.
La vida no puede más que enseñarnos frente a los desafíos, a los obstáculos y a las elecciones por hacer o no hacer, aún con el mundo en contra.
En el programa llamado “Aprendemos Juntos” se nos presentan varios exponentes de distintas áreas y disciplinas y en solo 5/7 minutos ofrecen un resumen del tema principal por el cual están sentados frente a un público de distintas generaciones.
Aquí aparece en escena William Kikanae, líder de la comunidad Masai y director de ADCAM en Kenya, que nos cuenta la historia del árbol que se convirtió en escuela.
Los Masai son un pueblo estimado en unas 850.000 personas, que vive en Kenia meridional y Tanzania septentrional.
Kikanae afirma dolorosamente que, de donde él proviene, “los sueños nunca se cumplen”, sin embargo ha logrado que la educación de niños y niñas se convierta en una realidad, aunque ante nuestros ojos, parezca una utopía o lucha desigual frente a un mundo cada vez más competitivo y tecnologizado.
El líder describe cómo este sueño surgió a raíz de los problemas y sufrimientos que vivió de niño. Inspirado en su madre, ha conseguido que 1400 mujeres tengan sus propios emprendimientos y negocios.
Tener una nueva perspectiva por encima de su realidad ha significado lograr el cambio que esperaba. Confiesa haber rechazado una beca de la Fundación Michael Jordan porque no quería dejar a su pueblo ni desentenderse de sus problemas.
Tenía la certeza de que la manera para concretar su sueño era permanecer con los suyos.
Aquí se combinan un par de elementos comunes entre los cientos de casos en el mundo enfrentados a un muro de imposibilidades: una idea clara que nunca se abandona y una férrea voluntad en alcanzarla.
Es difícil para nuestra mentalidad occidental, adaptada a un sinfín de servicios y a un mercado con disponibilidad de ofertas de todo tipo, imaginar que nuestros hijos deban caminar 20km para ir a la escuela más cercana por caminos plagados de animales salvajes y peligros extremos.
Todavía en gran parte del tercer mundo, la educación, la salud y el acceso a los servicios indispensables, están muy lejos de las prioridades de sus gobiernos.
Observo con gran estupor las brechas entre regiones del mundo que parecen estar en las antípodas, sumidos en la escasez, la guerra, la persecución política e ideológica, etc.
O te quedas aguantando lo que hay o te pones a hacer que las cosas sucedan, como en el caso de este niño que cruzaba la sabana para llegar a la escuela.
En vísperas de nuestro acostumbrado cambio de calendario, hemos visto pasar de largo las millones de noticias que nos atravesaron como un rayo láser, dejándonos un agujero de olvido del 90% de los temas centrales. Ya ni sabemos que pasó hace un par de meses y menos a principios del 2023.
Supongo que el pueblo Masai conocerá el mundo desde otra perspectiva e imagino también que llegarán a conclusiones muy distintas que las nuestras al final de su año calendario.
Creo que los límites que a veces encontramos, son una escusa para no progresar
Gracias por tu comentario Marta… así es, de alguna manera nos justificamos aunque tarde o temprano nos caerá la ficha. Saludos