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Crónica del gran apagón ibérico
Cinco muertos, cero responsables
Parece increíble que hoy se cumpla 1 mes del apagón que dejó a España, Andorra, Portugal, sur de Francia, ciudades de Marruecos e Italia sin suministro eléctrico durante casi 10 horas o más, y hasta 24 y 48 horas en reestablecerse el sistema general.
La noticia del día hoy es que aún no se ha reportado un solo responsable del suceso.
Este episodio tan inclasificable se cobró la muerte de cinco personas en España:
Una mujer de 46 años en Alzira – Valencia, por no funcionar el respirador eléctrico que utilizaba.
Una persona enferma de ELA en Castilla y León que falleció por no recibir a tiempo ventilación mecánica.
Tres personas de una misma familia en Ourense – Galicia, por inhalar monóxido de carbono al utilizar un generador en interiores para que funcione un respirador.
Una mujer 56 años en Carabanchel – Madrid, al incendiarse su vivienda por el uso de velas y otra persona más en Basauri – Vizcaya por la que se investiga su muerte vinculada al apagón.
Hasta ahora sabemos que la causa ha sido la pérdida de 15 GW es decir, el equivalente al 60% de la generación eléctrica durante 5 segundos. También se ha especulado sobre una pérdida repentina de energía solar y una pérdida masiva de energía renovable como posibles factores que desestabilizaron la red.
“Según distintos medios, citando a «fuentes del sector», aunque sin precisar, la red eléctrica española habría estado teniendo problemas de estabilidad horas antes del apagón, con fluctuaciones de frecuencia”.
Para el ciudadano de a pie, que por lógica entendemos que todas las consecuencias vienen determinadas por causas específicas, nos resulta inconcebible que no se haya reportado un solo responsable hasta la fecha y que tengamos que presenciar el payasesco espectáculo de “tirarse la pelota uno a otro” en las comparecencias institucionales.
Se me vienen a la memoria las palabras del humorista argentino Enrique Pinti que en su magistral monólogo del espectáculo “Salsa Criolla”, remarcaba “acá no podés echar a funcionarios de cuarta que les descubren cadáveres en los despachos, y dicen: yo no sé quien dejó la ventana abierta… es una campaña, están de la administración anterior”.
Hasta el momento y mientras nos entretienen con discursos y guiones pautados, se ha constituido un comité de análisis técnico liderado por la vicepresidenta tercera (porque sepan que en España hay 3 vicepresidentas) y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, para investigar las causas del apagón.
Además el Ejecutivo ha solicitado al Grupo Europeo de Coordinación de la Electricidad, dependiente de la Comisión Europea, que elabore un informe independiente sobre el incidente.
En el otro banquillo del ring, encontramos a las principales compañías eléctricas, agrupadas en la patronal Aelec (que incluye a Iberdrola, Endesa y EDP), quienes han criticado la falta de transparencia en la investigación del apagón, exigiendo a REE (Red Eléctrica de España) que comparta información técnica relevante.
Ellas insisten en que no hubo fallos en sus plantas y que las desconexiones automáticas se realizaron siguiendo el reglamento.
Lo único cierto y triste es que, a la fecha, nadie ha asumido la responsabilidad directa por el apagón masivo.
Evitando entrar en la desesperación, me pregunto hasta cuando debemos soportar y/o aceptar el “normal” curso de las cosas, con esta parsimonia social que nos caracteriza.
El país vivió al filo del abismo por una descompensación eléctrica afectando a 44 millones de personas y todavía no hay ni una sola dimisión, ni una disculpa, ni un responsable señalado.
Y para colmo se nos dice que tendremos que esperar entre tres y seis meses para conocer las verdaderas causas del siniestro.
Al paso que vamos y viendo cómo funcionan las agencias informativas creando noticias que se solapan unas tras otras y rezagándolas al olvido, tal vez cumplido el plazo, hayamos olvidado qué ocurrió un 28 de abril del 2025 mientras cinco familias señalan esa fecha en sus calendarios esperando justicia y reparación por sus muertos.