DIARIO DE VIAJE 3
MI RUTA MUSICAL POR LA CIUDAD DE VALENCIA
Hace 20 años, los barrios que marcaron mi ruta musical en la ciudad de Valencia fueron Ruzafa, Benimaclet y El Carmen.
Se podría decir que la movida cultural se repartía en un radio de 8 km, aunque también presentaba mis conciertos en otros lugares pero puntualmente.
Estos barrios tienen su propia identidad.
Ruzafa se ha convertido en estos últimos años en un espacio urbano absolutamente rehabilitado, orientado al turismo y a la hostelería, obteniendo una importante relevancia económica para la ciudad.
Muy distinto al barrio oscuro, de escasas farolas que yo conocí cuando llegué en 2002 pero que sin embargo conservaba su tejido social y multicultural, que hoy se ve eclipsado por el boom inmobiliario que ganó terreno gracias a estos cambios.
Recuerdo haber cantado en el subsuelo de un garito llamado Pachamama, cuyo dueño era un valenciano muy abierto a la música de todos los estilos y que, cuando terminé mi concierto, un marroquí se arrodilló y me besó la mano como señal de admiración y agradecimiento.
De esas experiencias que nunca se olvidan.
Benimaclet conserva una distribución de calles semejante a los pueblos de la Huerta de Valencia.
En su plaza mayor se encuentra la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora y la circundan pequeñas calles peatonales con edificios y viviendas antiguas que se remontan a sus orígenes como pueblo.
Digamos que Benimaclet tiene un cierto aire a los barrios de Buenos Aires, con sus casas bajas y jardines.
La cercanía a las Universidades ha hecho que este barrio reciba a estudiantes de toda la Comunidad Valenciana y que sean el público habitual de bares y garitos de la zona.
En este lugar tan acogedor conocí a queridos amigos y amigas que han acompañado muchos de mis conciertos en aquellos años.
El Carmen conforma el casco histórico de la ciudad de Valencia. Es un barrio milenario que creció entre dos murallas: la musulmana del S XI y la nueva muralla cristiana del S. XIV.
Digamos que el barrio es un viaje al pasado, ni más ni menos.
No hay rincón que no tenga alguna connotación histórica y artística de sus diferentes épocas, islámica y cristiana.
Sus edificios más destacados son las Torres de Serrano y las de Quart, el Mercado Central y el Mercado de Mossen Sorell, la Iglesia del Carmen, el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno), La Lonja de la Seda y el Museo del siglo XIX.
En mi etapa exploratoria del centro de la ciudad, he sabido lo que es perderse literalmente, en el barrio de El Carmen.
Sin referencia alguna y sin GPS me adentraba por sus calles laberínticas con una fotocopia del callejero de Páginas Amarillas hasta dar con los bares que ofrecían música en directo.
Esta es la ruta musical de hace dos décadas con la guitarra a mi espalda de testigo y compañera.
Valencia ofrece inmejorables posibilidades para disfrutar de vacaciones de corta o larga estancia y como lugar para vivir y desarrollar actividades de toda índole por su amplia diversidad cultural, gastronómica y urbanística.