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GABRIELA CASTILLO POST DIARIO DE VIAJE 6

DIARIO DE VIAJE 6

PUEBLO DE SAGUNTO, la historia que se siente

Sagunto es municipio situado en la ribera del Mediterráneo, a 29km al norte de la ciudad de Valencia.

Tiene dos núcleos urbanos bien diferenciados: el casco histórico o Sagunto-Ciudad, y el Puerto de Sagunto. 

Pocas veces me ha pasado de sentir haber vivido en un lugar en alguna vida pasada. Esto me ocurrió la primera vez que pisé Sagunto en mis primeras exploraciones de los alrededores de Valencia. 

Sagunto es fascinante comenzando por su historia. Esta ciudad ya fue citada en la literatura clásica por su actuación en la Segunda Guerra Púnica. 

Su actividad comercial data del siglo VI aC  al ser un punto estratégico en las relaciones mercantiles del Mediterráneo, suponiéndole cruentas batallas y conquistas a lo largo de sus distintos períodos.

Desde la invasión del general cartaginés Aníbal en el año 219 aC hasta la recuperación de la ciudad, siete años después, por los romanos.

Tras la caída del Imperio Romano, la ciudad fue atacada y destruida casi por completo por los Pueblos Germánicos del Norte.

Ya en la Edad Media los árabes tomaron la ciudad (713 dC) cambiándose su nombre original por Murviedro o Morvedre, y en 1239 la ciudad fue conquistada por Jaime I, rey de la Corona de Aragón. 

Por si fuera poco, durante la Guerra de la Independencia Española, la ciudad sufrió la invasión francesa y la posterior recuperación de sus fronteras en la llamada Batalla de Sagunto.

En 1868 el Gobierno Provisional renombra la ciudad, llamada Murviedro desde hacía más de diez siglos, por su original nombre romano de Sagunt y en 1874 se produce la Restauración Borbónica.

Por último, al estallar la Guerra civil en 1936, Sagunto había desarrollado diversas fábricas de munición sirviendo al bando republicano, y fue objetivo de constantes bombardeos por parte de la Aviación Nacional.

 

Sagunto ha sabido lo que es caer y levantarse. Los vestigios que aún quedan en pie nos hablan de todo su potencial cultural, histórico y comercial.

A solo media hora de Valencia desde la V-21 se puede ver la muralla enclavada en la Sierra Calderona.

Dentro de sus muros se encuentran los restos de El Castillo de Sagunto, el Circo Romano con una capacidad entre 15 mil y 20 espectadores, y el Teatro Romano, que data del siglo I aC, además de muestras de epigrafía ibérica, romana y hebraica.

El Casco Antiguo nos lleva a descubrir todos sus rincones, entre calles estrechas y empedradas: la Iglesia de Santa María junto a la Plaza Mayor, La Ermita de la Sangre, La Judería y la parte islámica junto al Ayuntamiento.

Recuerdo que llevé a mi padre de visita y cuando entramos al Casco Histórico con el coche para subir al Castillo, se agarraba la cabeza por la angostura de las calles. 

Me dijo: “nena, no me traigas más acá”.

Yo me reía por lo bajo, pero es cierto que tenía que conducir con mucha atención. Luego, el inmenso escenario le hizo olvidar el susto.

El Museo Histórico de Sagunto es otro lugar fantástico que nos pone en contacto con la historia misma, ya que expone piezas arqueológicas de las diferentes etapas y civilizaciones: esculturas, ánforas, utensilios, muestras de suelo y monedas. 

Es mágico sentir la energía del pasado que sigue vivo. Siempre que voy, imagino a toda aquella gente dedicada a diferentes oficios, a la agricultura, a la pesca, al comercio, a las artes, a la educación. El Museo confirma como ha sido la vida para los pueblos de la antigüedad. 

Sagunto también nos ofrece su mar y sus playas: la Playa del Puerto de Sagunto, con accesibilidad para todas las personas con movilidad reducida, y una variada oferta de restaurantes y chiringuitos.

Más al norte, se puede disfrutar de las playas de Corinto y L’Almardà y sus dunas.

Los humedales de Sagunto son un paraíso para los amantes del birdwatching. Se pueden observar aves autóctonas y migratorias en el Marjal de Almardà y el Marjal dels Moros. 

Entre sus tradiciones y costumbres, existe la Merienda de Pataqueta, que se celebra todos los jueves desde Sant Antoni hasta el miércoles de Ceniza.

La merienda consiste en un bocadillo con forma de medialuna y que suele ir relleno de tortilla de habitas y ajos tiernos o de longaniza. 

Motivos nos sobran para volver cada tanto a Sagunto, recorriéndola sin reloj y sin apuro, y disfrutando de su Pueblo y su Puerto.

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