DIARIO DE VIAJE 10
BUÑOL, DONDE PASAN LAS FIESTAS POPULARES
Buñol es otro de los poblados valencianos que conozco de primera mano. El motivo que me llevó a descubrirlo fue primeramente turístico. Alguien me habló de la Hoya de Buñol y de las Cuevas de Turche y las Palomas, y el fin de semana siguiente me fui con mis hijos a conocer aquel paraje increíble.
Al indagar sobre su historia, Buñol ha tenido un pasado similar con el resto de los pueblos de la Comunidad Valenciana.
Existen vestigios de vida humana desde hace 50 mil años, a través de restos arqueológicos encontrados del Paleolítico Medio y Superior, del Mesolítico y de la Edad de Bronce, y a partir de allí, de la civilización ibérica hasta la romanización.
Posteriormente, la dominación árabe de la región logró cierta autonomía política y administrativa hasta que Buñol fue conquistada por el Rey Jaime I, incorporándose al Reino de Valencia a mediados del siglo XIII.
Aquí también, la expulsión de los moriscos significó una grave crisis demográfica y económica. La población de 760 habitantes en 1609 pasó a 273, por lo que se dictó una Carta Puebla a Buñol con el fin de repoblarlo.
Fueron treinta y tres personas de Mallorca quienes cumplieron el cometido, siendo obligados a un conjunto de pago de tercios, diezmos, quintos y cuotas por producción de productos diversos: vino, leña, trigo, ganado, cal, yeso.
En contraposición hubo revueltas antiseñoriales y pleitos por el abuso de las condiciones de las Cartas Pueblas. “Así los vecinos del condado ofrecieron 12 000 florines en 1797 al conde de Buñol para incorporarse a la corona. Al no aceptar el conde esta oferta, se inició un largo proceso que se prolongó hasta el 19 de enero de 1836. cuando el Ministerio de Gracia y Justicia resolvió el paso de Buñol a jurisdicción real contra el pago de 70 588 reales y 8 maravedíes.”
La historia de Buñol es muy vasta y no ha quedado ajena a las consecuencias de la Guerra de la Sucesión Española, ni tampoco de la Invasión Napoleónica y de la Guerra Civil Española.
Culturalmente, Buñol ofrece la posibilidad de visitar el Castillo, que cumplió una función estratégica en el límite del Reino de Valencia y la Corona de Castilla, la Torre de Telegrafía Optica de Buñol, la Iglesia de San Pedro Apóstol, la Ermita de San Luis Beltrán y Las Ventas, que datan de era una importante parada de diligencias.
Tampoco podemos obviar la fiesta de la Tomatina, que se celebra el último miércoles de agosto y que consiste en el lanzamiento de tomates maduros entre la multitud de asistentes.
“Su origen es discutido, si bien la versión más extendida es que, en 1945, unos jóvenes lanzaron tomates a las autoridades porque querían participar en un desfile de gigantes y cabezudos.
A pesar del castigo y multa que se impuso a los jóvenes que participaron en los hechos el suceso se volvió a repetir hasta 1950, cuando las autoridades franquistas intentaron impedirlo y provocaron la involucración del grueso de la población.
La Tomatina en sí dura solo 1 hora, desde las 12 a la 1 del mediodía. Los asistentes están en torno a las 40 000 a las que se lanzan alrededor de 120 toneladas de tomates”
La segunda ocasión por la que conozco a Buñol y a su gente es por participar en las Escuelas de Músicas de Buñol ESMUMBU, cuyo cierre se realizó en el bellísimo Auditorio de San Luis.
Buñol es uno de los pueblos referentes en la tradición de bandas de Música por el conocido “Mano a Mano” en el que participan las dos sociedades de Buñol, la Sociedad Musical La Artística y el Centro Instructivo Musical La Armónica.
Actualmente vayan la zona y colocan duchas en los alrededores. Todos los parajes de alrededor son hermosísimos y hay un hospedaje totalmente ecológico
Me han dicho gente que vive allí, que La Tomatina antes se disfrutaba mucho más, cuando era un evento menos masivo. Pero es cierto que esta fiesta ha tomado relevancia internacional. Lo tienen todo muy bien calculado. Gracias por tu aporte, Marta ! Abrazo