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IA... LA QUE SE NOS VIENE
La música del nuevo siglo
El avance tecnológico es abrumador y a los más rezagados, el reloj nos señala que por cada minuto que vuela, nos quedamos a la cola del tren de los nuevos tiempos.
Los que andamos en los 50 y pico, tenemos enormes desventajas frente a la versatilidad de las generación Alfa nacida a partir del 2010, que desconoce por completo todo lo analógico que nos dio vida y que sentó las bases de los somos hoy.
Nacimos con la televisión en blanco y negro, escuchamos los últimos discos de vinilo. Fuimos testigos de la aparición de la televisión a color, los casetes, los Cd y a partir de aquí, el relato que todos conocemos.
La música hoy se encuentra frente a un cambio ya consumado. Estamos en otra Era, nadamos en otras aguas.
La música no está al margen de nada, obviamente, y la Inteligencia artificial “IA” nos pone delante un extensísimo menú de nuevas experiencias creativas.
Apenas googleamos sobre inteligencia artificial, nos aparece un texto que dice así:
“Cómo crear una canción que incluya letra y voz sin saber tocar ni la flauta dulce, y con solo escribir un concepto o título. La IA lo hará por ti.”
Para intentar asomar las narices en este vasto y complejo campo, primeramente habrá que familiarizarse con varios conceptos, por empezar, qué es un PROMPT. Este adjetivo (inmediato, pronto) es considerado la llave para preguntar, proponer u ordenar a la IA lo que deseamos. Es una instrucción que permite a modelos como ChatGPT comprender la solicitud y generar respuestas significativas.
Este sería un ejemplo de utilización del prompt: “Explícame detalladamente la receta para preparar unos espaguetis, incluyendo los ingredientes y el proceso de cocción”. Con estas instrucciones, la IA procesa la solicitud, busca en su base de datos y produce una explicación comprensible en un lenguaje claro y accesible para cualquier persona.
Volviendo a la música, pondré el caso de SUNO IA (como tantos otros) que puede componer canciones a partir de un prompt que especifique la letra, tipo de música o género musical, con opción a elegir voces e idiomas. En cuestión de segundos, la IA nos facilitará dos o tres opciones de canciones con la misma letra.
Dicen los que saben que, gracias a un plan gratuito, se puede componer hasta 10 canciones en un solo día, lo que antiguamente sería un disco entero hecho en un año, como mínimo.
Dicho de una forma más específica, “La IA genera algoritmos y música nueva mediante el análisis de grandes cantidades de datos musicales y el aprendizaje de los patrones de su composición.
Una vez que la tecnología tiene suficiente información, las herramientas pueden aprender las propiedades únicas de la música y producir algo nuevo a partir de los datos que reciben.
Las herramientas de inteligencia artificial musical utilizan redes neuronales que son conjuntos realmente grandes de bits de computadoras que intentan imitar el funcionamiento del cerebro.
Básicamente, puedes lanzarle toneladas de música y la red neuronal aprenderá los patrones. Básicamente, una versión rápida de cómo aprendemos al mostrarnos cosas repetidamente.”
Considero que es un mundo al que ni siquiera puedo juzgar porque lo desconozco casi por completo.
Solo puedo valorar una obra por su calidad estética y su valor artístico.
Tal vez no sepa nunca que lo hizo un algoritmo, pero está claro que necesitará de una mente para infundirle humanidad, emoción y sentimiento.
Cualidades que debería tener una obra de arte auténtica, que haya sido concebida y creada con todos los instintos de una sensibilidad real.
Los que ya están aplicando estas herramientas aseguran que la IA permite una colaboración más profunda entre inspiración y experimentación, generando composiciones más ricas y complejas.
Sin embargo existe cierto rechazo y temor de muchos músicos y artistas sobre el impacto potencial de esta tecnología en sus vidas y profesiones. Sobre todo en relación a la autoría, a la autenticidad y a originalidad de las obras.
Tal vez y no lo niego, me anime a adentrarme en este terreno desconocido pero tentador. Porque no me gusta opinar sin saber y menos sin experimentar algo que está a mi alcance con cierta facilidad.
Por lo pronto, prefiero seguir desvelándome hasta encontrar una metáfora o una rima para una estrofa, sacrificando mi descanso durante días, hasta componer una canción que me refleje en cuerpo y alma, a mi manera y sin algoritmos ni plataformas inteligentes mediante.
Hola, cuéntame algo lindo
Tal vez sea por mi generación o llámame romántico pero por muy bien que la IA haga las cosas jamás podrá expresar el sentimiento del autor en una obra podrá copiarlo pero no trasmitirlo
Medio analógicos y medio digitales… así somos y así sabremos lo que es bueno de lo que no. Gracias mi Paco por tu comentario.
Me siento totalmente obsoleta y sin capacidad o interés para imaginar hasta dónde llegarán estos cambios que día a día en la literatura, la enseñanza y demás nos desestabilizan.
Los cambios nos superan, Marta… está claro que tenemos que nadar en aguas desconocidas pero jamás sucumbiremos.